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Floyd Mayweather con sus coches y su avión privado Fuente |
Desde el criterio de cada uno, se puede estar más o menos de acuerdo con
respecto a las millonarias cantidades de dinero que gana un boxeador en un solo
combate. Simplemente, por el hecho de entrar en el ring, sin importar el
resultado de lo que pase ahí dentro. Al fin y al cabo no es una partida de
parchís, se suben al cuadrilátero a jugarse el físico. Cada golpe puede suponer
secuelas irreparables.
El problema es cuando la faceta de “hombre de negocios” deja en segundo
plano a la faceta de boxeador. El ejemplo más claro es el de Floyd “MONEY”
Mayweather. Con un palmarés impecable y un récord de 49 victorias y ninguna
derrota, a la carrera deportiva del estadounidense no se le puede poner ni un
pero. No obstante, a los Ali, Tyson, De la Hoya, Foreman, Marciano… de hace
unos años, menos peros todavía. Eran auténticos noqueadores, artistas del
deporte. Les daba igual a quién tuvieran delante, solo les importaba ganar y
defender su honor, su legado.
Esto en el boxeo moderno no pasa. Parece que a los púgiles de ahora solo les importa el dinero, única y exclusivamente. Mayweather, tomándole de nuevo como ejemplo,
promociona sus peleas y elije cuándo, dónde, bajo qué condiciones y con quién quiere pelear. Y eso, desde mi punto de vista, supone un problema. Aunque no para
Floyd, desde luego. El hecho de que se pueda a llegar a manchar o poner en entredicho la profesionalidad de grandes púgiles porque por intereses económicos nunca han tenido la oportunidad de pelear por un cinturón, o por el contrario, nunca se han enfrentado a rivales de nivel y sus récords de peleas son un pantomima, es
lamentable.
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Floyd Mayweather tumbado sobre fajos de dinero Fuente |
Pero siendo coherentes no le podemos echar la culpa a Floyd, al menos no
sólo a él. La culpa la tiene el mundo del boxeo en general, la falta de acuerdo
que hay entre las “tropecientas” federaciones en unificarse en una sola y
gestionar una liga mundial como está mandado. Y todo, como no, por el dinero.
No les sale rentable.
Es una de las mayores diferencias que hay entre el boxeo y la UFC. La
manera de gestionar el negocio, la compañía. La UFC es una liga, dividida en
categorías de peso y llena de
contendientes que se ganan su posición en el ranking y las opciones al título
con victorias. Y victorias contra los mejores, sin excusas, asegurando que el mérito de ser
campeón mundial sea indiscutible.
Resulta irónico que un deporte como el boxeo: mítico, antiguo, de
caballeros; tenga tanto que aprender de la gran liga de las MMA, que se creó
hace apenas 25 años y su mayor auge se está viviendo ahora.
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